En Conservas Pescamar siempre han apostado por un producto de calidad. Llevan trabajando para conseguir este objetivo desde 1961, año en el que Alfonso García López establece la primera factoría de la marca. Instalada en el Burgo de Pontevedra, la fábrica estaba dedicada por completo a la producción de pescados y mariscos. En poco más de seis años el negocio se expandió al municipio de Boio, muy cercano a las Rías Gallegas, un lugar donde aprovisionarse de materia prima de calidad.
Desde entonces el crecimiento de Pescamar ha sido imparable. Siguen apostando por comercializar los tesoros del mar, aunque hoy en día cuenten con un complejo industrial de 15.000 metros cuadrados. Tal éxito es un síntoma de que la marca sabe comprender a sus clientes y adaptarse a las necesidades de estos. En la actualidad, la empresa recurre a las últimas técnicas de producción, como es la robotización, para atender a un mercado que ya es de tamaño mundial.
Pese a su crecimiento y operar en más de 35 países no dejan que la calidad decaiga, trabajan por garantizar unos procesos de fabricación higiénicos y seguros y buscan ser respetuosos con el medio ambiente. Así, aportan su granito de arena para mejorar la sociedad.
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