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¿Cuáles son los postres más demandados en los restaurantes?
Los postres más demandados no pueden estar ausentes en la carta de tu restaurante. Al fin y al cabo, la tradición de tomar un alimento dulce con la comida está muy arraigada. La costumbre se remonta a la Antigua Roma, aunque se conocen ejemplos de postres mucho más antiguos. De hecho, el primero del que se tiene constancia es una tarta de queso de origen griego datada en el 776 a. C.
Aunque la tradición ha ido cambiando, porque ahora los dulces se toman al final de la comida y no entre medias, procura disponer de los mejores para tus clientes.
Los 10 postres más demandados en los restaurantes
Ofrecer un buen postre a tus clientes, en especial un postre hecho en casa, cautivará sus paladares. No obstante, hay establecimientos que descuidan los postres de su carta, lo cual es un error, ya que el broche de oro a un buen menú queda velado por la ausencia de postres o por la mala calidad de los mismos. Si quieres que esto no ocurra en tu restaurante, ten en cuenta los siguientes diez ejemplos de postres más populares.
Tiramisú
El tiramisú tiene su origen en Italia y sus cualidades lo han convertido en un clásico de la gastronomía internacional. Su característico sabor suave y dulce, así como su textura cremosa y delicada, resultan sorprendentes. Además, es muy apreciado por su combinación única de sabores y su aspecto elegante, al tiempo que por su versatilidad.
Tarta de queso
Destaca por su textura cremosa y un sabor dulce que resulta agradable, lo que la convierte en una opción tentadora que colocar en tu carta. Su base de galleta crujiente triturada y mezclada con mantequilla, sirve de contraste con el suave relleno de queso. También es un postre flexible que puedes adaptar a los gustos de tus comensales y que te permite una cierta creatividad, en especial con la consistencia del interior y con la decoración exterior.
Coulant de chocolate
En apariencia no es más que un bizcocho de chocolate horneado, aunque su interior siempre sorprende a los amantes del chocolate. Una vez se muerde, se nota la suavidad interna y el cremoso chocolate derretido aparece dando una nota diferenciadora. Para conseguir un buen resultado, presta atención al tiempo de cocción de este postre de origen francés. El objetivo es que el centro conserve su textura líquida, que es la característica esencial. Para presentarlo, acompáñalo de una bola de helado de vainilla.
Mousse
El aspecto espumoso es el elemento más reconocible de este postre de origen francés. Al igual que otras elaboraciones, presenta la dificultad de conseguir una textura ligera y esponjosa. Sin embargo, la mousse tiene una cierta versatilidad por ser susceptible de servirla en copas individuales o de mayor tamaño. Cuando la prueben, tus comensales se quedarán sorprendidos, porque parece que se derrite en la boca.
Torrija
Las torrijas no pueden faltar en tu carta, ya que son uno de los postres españoles por excelencia y uno de los platos típicos de la Semana Santa española. Además, su preparación es muy sencilla, algo que debe a sus humildes orígenes. Solo necesitas unas rebanadas de pan, de tipo baguette o similar, para empapar en una mezcla de leche, huevo, azúcar y especias como la canela. Luego se fríen buscando un exterior crujiente y un interior suave. Pero no olvides espolvorearlas con azúcar glass o bañarlas con miel, para que sean más apetitosas. Además, tienen una variante muy original: torrijas de vino tinto.
Brownie
Se trata de un pequeño pastel de origen estadounidense conocido por su textura densa y un sabor intenso. Los ingredientes son básicos, así que no tienes excusa para no elaborarlo de manera casera. Basta con chocolate, mantequilla, azúcar, huevos y harina, a los cuales puedes sumar nueces u otros frutos secos para darle más textura. Dada su elaboración en un molde rectangular, es posible hacer una gran cantidad para servirla a lo largo del día en pequeñas porciones.
Crepe dulce
Cuando buscas sencillez, pero no quieres sacrificar los resultados, una crepe dulce es tu solución. Se prepara con una masa de harina, huevos, leche y azúcar, lo que le confiere un sabor ligeramente dulce y una textura suave. Su punto fuerte es la versatilidad, ya que puedes personalizarla con una amplia gama de ingredientes. Desde el chocolate fundido hasta las frutas del bosque, no dudes en darle el toque propio de tu establecimiento. Además, recuerda que encaja tanto a modo de postre como de desayuno, e incluso como opción salada.
Flan
Este es otro de los postres que no debe faltar en tu carta, porque es un clásico que nunca falla. Eso sí, apuesta por un flan casero siempre que puedas. Se caracteriza por su textura suave y cremosa, que se logra a través de la combinación de ingredientes básicos como huevos, leche y azúcar.
Pese a esto, donde demuestra su dificultad es durante su preparación, ya que conseguir que el cuerpo no presente burbujas y que el caramelo permanezca en la parte de arriba es todo un reto. Ofrece diferentes variantes y apuesta por la innovación con un flan de café, de limón, de queso o de turrón.
Arroz con leche
Se trata de otro postre típico con el que colmar la pasión por el dulce de tus comensales. Ofrece una combinación de sabores que mezcla el arroz con leche, azúcar y añadidos como canela, vainilla o ralladura de cítricos. El resultado es un postre duradero, muy apreciado y que puedes rematar de varias maneras. De hecho, cabe la posibilidad de acabarlo en la mesa del cliente. Solo tienes que añadir azúcar en la superficie y caramelizarla con un soplete justo antes de servirlo.
Tarta de la abuela
Cuando buscas demostrar que tu restaurante es casero, nada mejor que una tarta de la abuela. Verla evoca de manera automática un sentimiento de nostalgia y confort en el cliente. Asimismo, es muy sencilla en su aspecto y en la propia elaboración. Suele estar compuesta por capas alternas de galletas, crema pastelera o natillas y chocolate. Su receta puede variar en detalles, que debes adaptar a las características de tu negocio, pero que siempre cuenta con un lado hogareño.
Si estás buscando potenciar tu carta de postres, con estas diez propuestas tienes un buen punto de partida. Procura ajustarte a los gustos de tus comensales y personaliza las recetas en la medida de lo posible. De este modo, conseguirás diferenciarte de la competencia, al tiempo que cuidas una parte del menú muy importante.
